Dianeth Pérez Arreola En marzo llegaron a México los contagios de Covid 19, después de golpear duramente a Europa en los primeros meses del año. Defendidos por unos y criticados por otros, las medidas de contingencia y los protocolos para evitar los contagios se pusieron en marcha en todo el territorio nacional, lo que no impidió que Mexicali se ubicara rápidamente dentro en los primeros lugares nacionales de muertes y contagios. La capital de Baja California fue por meses el epicentro de la tragedia en el norte del país. Estas son las historias de los sepultureros del panteón más representativo de las víctimas del coronavirus. En medio del desierto y a las faldas del cerro que le da el nombre, El Centinela y sus sepultureros, son mudos testigos de la pandemia que marcó este siglo. Evitar la saturación de cuerpos a toda costa El Ejército Mexicano y personal del Ayuntamiento de Mexicali cavan entre 120 y 160 tumbas al mes en el panteón El Centinela. Empezaron su labor casi a la par con el cuarto mes del año y no han señales de que vayan a aminorar el ritmo de trabajo. Según trabajadores involucrados, la meta es cavar cientos de fosas para estar prevenidos frente a los decesos por Covid 19 en la capital del estado, que se ha visto duramente afectada por casos de decesos y contagios. Los sepultureros del panteón han visto multiplicada su carga de trabajo, ante el temor de las autoridades de que morgues y hospitales lleguen a estar saturados de cuerpos. Las fosas listas y el arribo de la caja refrigerada para cadáveres La imagen de las decenas de fosas cavadas en el cementerio ubicado en las faldas de El Centinela, impresionaron a los cachanillas. Mexicali se había convertido en mayo en la tercera ciudad con más infectados de Covid 19 en todo México. Los números son tan altos, que el ayuntamiento se vio obligado a expandir un área del humilde panteón. El sepulturero Arturo Lara, junto a una decena de compañeros, abren la dura tierra ayudados por picos y palas. Visten un uniforme café claro, de pantalón y mangas largas, también utilizan guantes, pero mientras unos usan mascarilla, otros utilizan un pañuelo. Platican y escuchan música mientras preparan las tumbas bajo los rayos del sol, a 42 grados centígrados. “Tenemos que trabajar a marchas forzadas con los riesgos que esto implica para poder tener a tiempo las tumbas que los fallecidos requieren”, comenta. “A veces, así como las vamos abriendo se van llenando”. Hace apenas diez días que las autoridades han instalado una caja de tráiler refrigerada frente al Hospital General ante el gran número de decesos y la saturación de la morgue del propio hospital. Centros de salud públicos y privados están desbordados de enfermos graves. Un ataúd vacío Fue un caluroso día de junio. Habían pasado tres meses desde el inicio de la pandemia y la temperatura en la ciudad que atrapó el sol, rebasaba los 40 grados. Sudorosos, los sepultureros del panteón El Centinela habían preparado todo para el entierro de la señora María Eva Villegas Chávez, fallecida a causa de Covid. El cortejo fúnebre arribó al cementerio tras terminar la misa de cuerpo presente. Los enterradores, al bajar el ataúd de la carroza, notaron que se sentía muy ligero y comunicaron esto a los familiares, quienes procedieron a abrirlo y entonces se dieron cuenta que éste estaba vacío. Llamaron a la funeraria San José, que envió a toda prisa una carroza con el cuerpo de la señora y frente a los reproches de la familia hicieron el cambio correspondiente. María Eva Villegas Chávez, casi se pierde su propio funeral. Entre semáforos y medidas sin sentido
Han pasado siete meses desde el inicio de la pandemia. Mexicali supera los mil 500 fallecimientos, y aunque ya salió de los primeros lugares nacionales, la ciudad sigue dando de qué hablar. En el décimo mes del año, la noticia del elegante enlace nupcial entre el actor Armando Torrea y Laura Pérez, hija de un conocido empresario, dio literalmente la vuelta al mundo. Desde Reino Unido, Holanda, Australia y Estados Unidos, sitios de noticias reportaron que las consecuencias del festejo de 300 invitados sin ninguna medida de prevención de contagios, fueron 100 enfermos de Covid. A pesar de que Gobierno del Estado mantuvo el semáforo epidemiológico en rojo cuando a nivel nacional estaba en amarillo, y los protocolos no se han flexibilizado, contradictoriamente, autorizaron aperturas de casinos y bares. Los contagios siguen y el otoño y las bajas temperaturas ya están aquí. Los sepultureros de todos los panteones siguen cavando fosas a un ritmo más rápido que antes de la pandemia, pero en especial en el humilde cementerio de El Centinela. Mucha gente no reclamada por sus familiares por motivos económicos es sepultada en este lugar, en el área de las fosas comunes municipales. Aquí, entre la dura tierra del desierto, el cerro guardián de los cachanillas vela el último sueño de cientos de víctimas de la pandemia que ha cambiado al mundo. Con información de Columna Ocho, Milenio, Ruptly y Monitor Económico. Aulabierta proporciona un servicio de consultoría llave en mano aliado para tu corporación con el objetivo de gestar un sistema de capacitación de manera digital para el personal y audiencias específicas.
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Marzo 2021
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