En el marco de la III edición del Programa intensivo de formación de editores de CONNECTAS, el exdirector del Washington Post compartió varios aspectos que en su experiencia debe tener en cuenta un buen editor cuando se enfrenta a ese cargo.
Por lo general, los periodistas terminan siendo editores un poco por inercia y casualidad. Porque su medio tenía la necesidad de llenar la vacante y vieron en ellos un periodista aplicado, que aceptó porque le convenía el aumento salarial. Y en este azar hay poca cabeza detrás de lo que implica ese rol en una redacción, y lo diferente que puede ser de las labores de reportería.
Un gran reportero no tiene, necesariamente, lo que se requiere para ser un buen líder de equipos periodísticos. ¿Cómo es un buen editor? Martin Baron, exdirector del Washington Post (2012-2021), respondió esta pregunta en la charla Cómo un reportero se convierte en editor durante el Programa intensivo de formación de Editores de CONNECTAS-Clase 2023.
Baron es un reconocido periodista y un experto en el liderazgo de redacciones. De sus 45 años de experiencia, 37 ha liderado equipos periodísticos, laureados con varios reconocimientos, entre ellos 17 premios Pulitzer.
Su trabajo es un homenaje al periodismo que indaga el poder sin importar las presiones y riesgos que se dan en el camino, así como la fuente de inspiración de la Cátedra CONNECTAS-Martin Baron, que se inauguró el 16 de enero en Bogotá, Colombia, con la participación de Baron y de 20 destacados periodistas de ocho países de Iberoamérica.
Para Baron, no basta con que el periodista experimentado asuma roles editoriales, sino que debe contar con una amplia gama de características de liderazgo que le permitan inspirar y orientar a un equipo, más allá de las labores de reportería. Estos son algunos de las características del buen editor que enunció en su charla:
1. No es egoísta
Una primera característica fundamental de un líder de redacción. El editor debe “reconocer que está trabajando para que sus colegas periodistas cumplan su mejor trabajo”, no para su propia gloria. “Un editor trabaja para sacar a relucir las fortalezas de un miembro de su equipo y compensar sus debilidades, ayudarlos a superarlas”.
Esto implica que sepa reconocer los logros de sus periodistas, pero también que disfrute de ver cómo los periodistas de su equipo se luzcan con sus trabajos tanto como lo hacía él cuando era reportero. “Tiene que tener la capacidad de obtener satisfacción de los éxitos de los miembros de su equipo”.
2. Conoce a su equipo
Ahora, para ayudar a dar más brillo al trabajo de su equipo es fundamental que lo conozca bien. Esto es, que hable regularmente con ellos (más allá de los asuntos de la agenda periodística) sobre sus aspiraciones personales. Entender sus necesidades y objetivos para “tratar de canalizar sus ideas hasta el mejor periodismo”, apunta Baron.
Especialmente con la virtualidad, es fácil que las salas de redacción reduzcan las relaciones del equipo a puras interacciones sobre la agenda mediática. Para superar esto, sugiere que un buen editor debe hacer parte de su agenda conversar de estos temas con cada miembro de tu equipo, “así sea una media hora cada semana o cada dos”.
3. Se debe a sus lectores
Por supuesto, la mayor responsabilidad del editor es con los lectores y, en ese sentido, debe procurar que la información sea lo más comprensible para ellos. “Deberíamos trabajar juntos para que el lector entienda mejor lo que el periodista quiere decir”, dice Baron.
El experimentado periodista estadounidense apunta que esto implica un reto de encontrar nuevas narrativas para el lector contemporáneo. El cambio “ha sido demasiado lento para la industria, pero tenemos que reconocer que estamos en una época digital y que ahora hay distintas formas de contar las historias”.
Hace unos años, agrega, “los periodistas pensaban que la forma de adaptarse a la época digital era solamente digitalizar sus narrativas impresas. La verdad es que eso no fue suficiente. Los lectores digitales esperan recibir las noticias casi inmediatamente, la reciben por sus dispositivos móviles. Tenemos que adaptarnos a eso”. Para ese fin, desde su experiencia en The Washington Post buscaron apoyarse en nuevas narrativas como animaciones, visualizaciones interactivas, herramientas de inteligencia artificial, pero también le apostaron a nuevas redes como TikTok.
4. Va más allá de las métricas
En ese servicio de atender antes que nada los intereses del lector, el editor puede encadenarse fácilmente en la dependencia de las métricas. Sobre este asunto, el editor integral para Baron debe entender que no toda labor periodística puede depender del número de vistas. “Obviamente vamos a ponerles atención, pero hay muchos asuntos periodísticos en los que no tienen que ver las métricas, sino los principios. Por ejemplo las investigaciones, que no tienen resultados asegurados desde un principio. Si fuéramos esclavos de las métricas no haríamos investigaciones; pero tenemos obligación como medios de hacerlas”.
En su opinión, si en 2001, cuando inició con el equipo del Boston Globe la investigación sobre el encubrimiento de abusos sexuales de la Iglesia católica en Massachusetts —que inspiró la película Spotlight—, le hubieran preguntado a la ciudadanía si quería una investigación sobre ese tema, la respuesta hubiera sido negativa. Pero no por eso debían dejar de investigar un tema así.
5. Defiende los principios del medio.
Que deben ser también los principios de la ética periodística. Los buenos editores necesitan tener claro cuáles son los principios que defiende el medio, saber comunicarlos con su sala de redacción y defenderlos con su trabajo periodístico. “Si no somos fieles a nuestros principios, yo creo que los lectores eventualmente van a sentirlo y dejarán de consumirnos”.
En este sentido, Baron opina que la causa principal de un periodista es la divulgación de información. “Creo que deberíamos abogar por la democracia, la libertad de prensa y expresión para todos los ciudadanos”. Y aunque el medio puede defender también otras causas, “el rol principal es hacer las investigaciones, desenterrar los hechos encubiertos y difundirlos al público. El papel no es ser participante o activista”.
Como personas, hay causas que preferimos sobre otras. Pero Baron cree que “como periodistas tenemos la responsabilidad de investigar a todos los grupos, no importa la ideología, que ostente algún tipo de poder. Tenemos la obligación de ser imparciales.
6. Sabe manejar la relación con la dirección
Por supuesto, el editor debe saber manejar también la relación con la dirección del medio en el que trabaja, que muchas veces puede tratar puntos conflictivos que enfrentan los intereses empresariales con los editoriales. “Yo creo que es importante trabajar con ellos para explicarles que su injerencia en la redacción puede socavar la credibilidad del periodismo. Los lectores siempre van a identificar la injerencia del dueño del medio”, señala Baron.
7. Busca la objetividad
Si bien hay una gran polémica sobre este término en el periodismo, Baron es un defensor de buscar la objetividad como periodistas. “Yo creo que hay un malentendido sobre esta idea. Esta no implica desconocer que todos tenemos nuestras experiencias y nuestras propias ideas. Sino que debemos sobrepasar estos prejuicios y tener una mente abierta para descubrir lo que no conocemos”.
La idea de la objetividad, para Baron es ante todo asumir que existe una realidad objetiva y que el periodista (dentro de su subjetividad) debe aspirar a superar sus prejuicios y hacer el mejor esfuerzo para descubrir los hechos.
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