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Consejos para periodistas: Una guía de inducción para quienes se inician en el periodismo científico


Quizás eres un científico que está dando el salto al periodismo. Tal vez seas un reportero de asignaciones generales, de educación o de política y te han asignado tu primera noticia sobre un tema científico. O tal vez eres un estudiante de periodismo que quiere probar cubrir temas de ciencia, medicina o medio ambiente. Sin importar quién seas, si eres nuevo en el periodismo científico, estos consejos son para ti.

 

1. Explora los elementos de la ciencia y la historia.

Si aprecias una buena historia y sientes curiosidad por el mundo que te rodea, ya tienes una base sólida con la cual empezar. Un escritor de ciencia estelar comienza con curiosidad por la ciencia y un interés en el oficio del periodismo. Y aunque pueden surgir sentimientos de síndrome del impostor, intenta hacerlos a un lado. Siempre que mantengas el sentido de la curiosidad y la dedicación de reportear sobre ciencia con precisión, eres un periodista científico. Si bien una licenciatura en ciencias o una maestría en periodismo científico pueden ayudarte a desarrollar tus habilidades y avanzar en tu carrera más rápidamente, muchos grandes escritores científicos no poseen ninguna de esas credenciales. Están en busca de una gran historia para contar y ese es un lugar perfecto para comenzar.


 

2. Piensa en lo que ya tienes en tu caja de herramientas.

Si eres científico, ya tienes el conocimiento técnico y el vocabulario científico necesarios para comprender un estudio científico. Si eres periodista, es probable que ya hayas perfeccionado tu capacidad para hablar con las fuentes y desarrollado habilidades de investigación que pueden ayudarte a escribir cualquier noticia o reportaje. Si escribir sobre científica es tu primera profesión, ¡felicitaciones! Tienes la oportunidad de construir desde cero.

 

3. Entra de lleno en la ciencia.

Regístrate para recibir comunicados de prensa de servicios como EurekAlert!, ScienceDirect y Newswise. Esto mantendrá un flujo constante de ideas sobre qué reportear —o al menos las semillas que pueden llegar a convertirse en noticias y reportajes— fluyendo hacia tu bandeja de entrada. (Pero recuerda que los comunicados de prensa son solo un punto de partida —una pista para leer un estudio— y no deben ser tu única fuente). Considera asistir a algunas conferencias científicas o seguirlas a través de Twitter. Configura alertas de Google para palabras clave relacionadas con los temas que estás rastreando y sigue a científicos y estudiantes de posgrado interesantes en Twitter. Lee con regularidad varias publicaciones científicas importantes dirigidas al público general, para que puedas ver qué historias cubren y cuáles se saltan. Busca tendencias, como varias historias sobre cierto tipo de enfermedad o estudios sobre un tema similar. Cuando te encuentres con temas que te interesen, considera los posibles ángulos desde los que podrías abordarlos para convertirlos en historias completamente desarrolladas.

 

4. Haz tu tarea.

Si no comprendes un estudio técnico la primera vez que lo lees, está bien. En muchos casos, tampoco lo comprenden la mayoría de las personas que no son expertas en ese campo específico. Lee el estudio de nuevo (¡y tal vez otra vez!), y luego arremángate tu camisa para realmente profundizar. Busca términos técnicos y haz una lista de personas a las que llamar. Envía un correo electrónico a uno o más de los autores del estudio para solicitar una entrevista. Pero no te detengas ahí, también organiza conversaciones con científicos que tengan experiencia relevante y que no participaron en el estudio para obtener su evaluación independiente de la investigación y sus implicaciones. Y siempre que puedas, habla con tus fuentes en persona o por teléfono. Sus respuestas estarán menos ensayadas y podrás hacer preguntas de seguimiento importantes en el momento.

 

5. No tengas miedo de hacer preguntas que parezcan tontas.

Si no comprendes algo, es probable que el público en general tampoco lo entienda. Conseguir que los científicos expliquen su trabajo en términos amigables para personas comunes y corrientes es la clave aquí. Deja que tu curiosidad guíe la conversación e interrumpe si algo te resulta confuso. Al mostrar interés en los detalles de la investigación del científico, puedes guiar la conversación en una dirección más natural y obtener más información sobre cómo surgió. Seguir tu olfato también puede producir citas excelentes y sinceras. Cuando puedes parafrasear con precisión lo que dicen tus fuentes científicas, significa que lo entiendes y estás listo para escribir.

 

6. Mantén el escepticismo.

Aborda con precaución los comunicados de prensa, los informes técnicos corporativos y otras comunicaciones que combinen ciencia y mercadotecnia. Lee el artículo científico sobre el que estás escribiendo de forma completa, nunca solo el comunicado de prensa asociado. Sé consciente de cualquier conflicto de intereses que debas señalar a tus lectores. Aplica pensamiento crítico a las afirmaciones estadísticas y también a cómo se diseñó y analizó un estudio. ¿Cuántos participantes formaron parte de la investigación? ¿Fue una muestra representativa? ¿Los investigadores realmente señalan una relación causal entre dos fenómenos o simplemente muestran una correlación? ¿Los investigadores eligieron desenlaces significativos para analizar y se apegaron a ellos, o cambiaron de rumbo a lo largo del camino? En caso de duda, busca ayuda de un estadístico u otro experto externo.

 

7. Entrevista a personas cuyas experiencias puedan dar vida a tus historias.

El reporteo sobre salud, medio ambiente y ciencia a menudo aborda temas que tienen enormes ramificaciones sociales. Para contar historias precisas y completas, no confíes únicamente en expertos científicos; también busca a las personas que se ven afectadas por el tema que estás cubriendo. Para una historia médica, eso podría significar pacientes y sus familias, enfermeras de atención domiciliaria o defensores y activistas de la salud. Para una historia de justicia ambiental, podría significar entrevistar a los residentes de las comunidades más afectadas, dueños de negocios o activistas. Solo mantente vigilante de las intenciones que puedan tener las personas con las que estás hablando. Incluir las experiencias de estas fuentes puede llevarte a tener una historia más completa, incluso si no son expertos en la ciencia. Puedes encontrar fuentes de “personas reales” pidiendo recomendaciones a investigadores, médicos, líderes municipales o tribales o asociaciones profesionales, así como a personas de tu propio círculo social. Al igual que con todas las fuentes, siempre tienes que estar al tanto de tus posibles conflictos de intereses y asegúrate de verificar todo lo que encuentras.

 

8. Escribe de forma sencilla y clara.

Tienes que estar en sintonía con tus lectores. Están leyendo por placer o para aprender algo. Eso significa que tus oraciones deben ser concisas y sin jerga. Tus historias deben utilizar metáforas y analogías para explicar términos y conceptos complejos, y deben tener un flujo lógico y fácil de seguir. Una buena manera de establecer este flujo es preguntándote las preguntas naturales que los lectores probablemente pensarán mientras leen. (Un truco: escribe estas preguntas y utilízalas como subtítulos provisionales en tu historia, eliminándolas o reemplazándolas cuando te estés autoeditando. Asegúrate de incorporar transiciones que ayuden a guiar a los lectores de una idea a otra).


 

9. Identifica oportunidades de aprendizaje.

¿Quieres adentrarte aún más en el periodismo científico? Desarrollar experiencia en el campo es difícil para todos, y hay muchas formas “correctas” de aprender —un enfoque que puede funcionar para una persona, puede no funcionar para otra—. Algunos aspirantes a ser escritores científicos obtienen títulos de maestría, generalmente una inversión de tiempo de un año. Otros aprenden el oficio a través de pasantías en periodismo científico. (¡Por supuesto, estos dos caminos no se excluyen mutuamente!). Otros adquieren habilidades de escritura científica al mismo tiempo que cubren otras áreas temáticas. Y algunos se sumergen directamente en el trabajo freelance, proponiendo notas breves mientras desarrollan sus habilidades y construyen relaciones editoriales.

 

10. Encuentra tu comunidad.

Únete a organizaciones dedicadas a la comunicación científica, como la National Association of Science Writers, la Association of Health Care Journalists, o la Society of Environmental Journalists. (En Latinoamérica, te puedes unir a la Red Mexicana de Periodistas de Ciencia, la Asociación Colombiana de Periodismo Científico y la Red Argentina de Periodismo Científico, por ejemplo, y en España, a la Asociación Española de Comunicación Científica). Estas comunidades pueden ser un camino para encontrar mentores, hacer conexiones que podrían ser útiles en el futuro y aprender más sobre el arte de escribir. Si puedes, asiste a las reuniones anuales y eventos virtuales de estas organizaciones, sigue a algunos de sus miembros en las redes sociales y participa en las conversaciones de la comunidad. Pide consejo a periodistas científicos veteranos y pregúntales si conocen alguna comunidad en línea, ya sea pública o privada, a la que debas unirte. Es posible que te sorprendas de quién está dispuesto a tomar un café o una llamada telefónica contigo, además de cuánto puedes aprender de una persona con experiencia. ¡Finalmente, conviértete en parte de la comunidad de escritores científicos de TON! Suscríbete a nuestro boletín semanal y síguenos como @Open_Notebook en Twitter. Sigue a nuestros colaboradores, editores y otros miembros de la comunidad TON a través de nuestra lista de Twitter Friends of TON. Y también haznos saber cómo TON puede ayudarte con tus objetivos de escritura científica.


Publicado por The Open Notebook.

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