El camino recorrido en los últimos años nos ha llevado a replantear la cotidianeidad y modificar nuestra forma de operar en muchos aspectos de nuestra vida.
El ámbito laboral cambió por completo. Nos vimos obligados en cuestión de días a adoptar esquemas de trabajo remotos. Estos cambios impactaron también en las organizaciones y a los líderes que tuvieron que adaptarse para mantener la productividad, al mismo tiempo que cuidar a los colaboradores y mantener la productividad, la motivación, el sentido de pertenencia entre otros. Las necesidades de todas las personas cambiaron. La certidumbre, el sentido y la conexión tomaron una relevancia nunca antes vista en el ámbito laboral, la función y los comportamientos del líder tuvieron que adaptarse para satisfacer estas necesidades y las relaciones laborales dejaron de ser meramente transaccionales, enfatizando la parte humana. Fue evidente que el líder juega un papel fundamental en el bienestar emocional de los colaboradores. La crisis derivada del COVID 19 trajo muchos aprendizajes aunados a las nuevas formas de trabajo que demandaban ser más eficientes, desarrollar nuevas competencias y disminuir la resistencia a los cambios. Además de exigir, por así decirlo, un nuevo sentido de creatividad e innovación para resolver problemas, pues aquellos líderes y empresas capaces de responder con agilidad tuvieron mejores resultados.
“Gracias a un momento imprevisto en nuestra historia, estaremos obligados a seguir desarrollando nuevas habilidades para liderar verdaderamente, de manera más efectiva que antes, sabiendo que ahora un colaborador valora y aprecia más un líder formativo que un directivo, que se siente valorado y tomado en cuenta al encontrar nuevas formas de operar”, expresa Amira Abdel, Consultora experta en temas de capacitación para liderazgo en Zimat Consultores.
En materia de los colaboradores, hay un nuevo sentido de pertenencia en las organizaciones. Quienes permanecieron en la empresa valoran más las acciones que toma la organización en pro de su bienestar, por más pequeña que sea, capitalizar esta valoración repercutirá en la transformación y relevancia de la organización.
Es momento de ver esta situación como una oportunidad de escuchar, de conectar y de inspirar, siempre con el objetivo de potenciar las capacidades y habilidades de cada uno entendiendo que son la columna vertebral de la organización. Poner atención a estos detalles, planear el futuro y anticipar situaciones fuera de lo ordinario con la finalidad de incrementar la relevancia de la empresa ayudará, no solo a superar los problemas, sino aprovechar la situación y salir mejor que nunca.
Publicado en Merca2.0
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