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Ana Campos

La soledad del líder existe: 5 técnicas probadas de la Inteligencia Emocional para superarla

La soledad es una experiencia humana universal. Puede afectar en cualquier momento y lugar, ya sea en el trabajo o en casa, solo o acompañado. Y las personas con altos cargos de responsabilidad no son la excepción.



Como líder, probablemente seas quien da instrucciones y orienta al equipo en lugar de estar en el exterior de las cosas. Esto puede hacer que sea aún más difícil lidiar con la experiencia de la soledad porque, básicamente, cuando cumples este roles asumes más responsabilidades, y eres la persona que toma las decisiones más relevantes cada día. Una investigación de Harvard Business Review indica que el 50% de los CEO experimentan sentimientos de soledad y que un 61% cree que se ve afectado negativamente su rendimiento.


Dentro de los principales motivos, suelen aludir cierto rasgo de omnipotencia en su forma de liderar y el creer que se puede con todo. También se percibe una confusión de la vulnerabilidad con debilidad. No tienen nada que ver. De hecho, ser vulnerable te humaniza y es un rasgo cada vez más valorado en la mayoría de las organizaciones. Ten en cuenta que dar a conocer lo que sientes y repartir la carga de tus emociones y sentimientos con la gente apropiada, no te hace menos brillante ni antiprofesional.


5 tácticas para sentir menos soledad al liderar


Entonces, ¿Qué puedes hacer si sientes los efectos de la soledad al liderar? La Inteligencia Emocional proporciona varias herramientas que pueden ser útiles. El trabajo del psicólogo norteamericano y escritor Daniel Goleman, que se apoya en decenas de investigaciones que le precedieron, puede ser una brújula apropiada para encauzar lo que vives en silencio. Aquí tienes cinco tácticas para implementar desde hoy mismo:


1. No te guardes lo que sientes

Es justamente el silencio lo que más se sufre en soledad. La imposibilidad de compartirlo abiertamente con otra persona que pueda comprenderte, entender desde tu perspectiva, y ayudarte a plantear alternativas y posibilidades. En este punto, una primera herramienta es la del auto conocimiento, como paso para auto liderar tu vida, antes de liderar a los demás. Quizás puedas balancear tus horas de formación continua “dura” con herramientas blandas y “power skills” para fortalecerte por dentro y sensibilizarte, a la vez, con lo que te ocurre. Si mejoras en la gestión emocional, comunicación asertiva, empatía, habilidades sociales y automotivación, darás un gran paso en tu transformación. Piensa esto: el tapar tus emociones no hará que mejores, sino todo lo contrario; incluso puede pasarte factura con tu salud física y mental. Hay líderes que terminan con el síndrome de Burnout y quedan fuera del mercado, y otros con ataques cardíacos, adicciones, dependencia a la medicación y depresión.


Para no llegar a esos extremos, cuando asumes posiciones de responsabilidad puedes generar espacios para descargar tus preocupaciones, frustraciones y decepciones, así como para resignificarlas en forma de aprendizajes. Esta sinapsis cerebral en la conexión de las neuronas para producir resultados y sentires distintos no se da casualmente: puede ser estimulada, y el verbalizar cómo estás es una excelente herramienta. Para aplicarlo, puedes buscar una ayuda de terapeutas especializados en negocios y también de coachees ejecutivos empresariales con experiencia probada, creando un marco de contención confidencial para compartir tus vivencias y diseñar técnicas afrontamiento.


2. Reúnete con tu equipo

Uno de los mayores errores que cometen los líderes solitarios es guardarse sus sentimientos para sí mismos. Si tienes un equipo cercano y afable, puedes compartir en ciertos momentos lo que estas sintiendo, y las frustraciones relacionadas con tu labor. Hoy, mucho más que antes, la humanización del rol de líderes es una realidad. Puedes crear un entorno en el que las personas se sientan cómodas comunicándose entre sí. Y cada vez que te reúnas con el equipo, aprovecha esas ocasiones para tomar un tiempo para encontrar formas de conocer un nivel más personal.


Puedes preguntarles sobre sus vidas fuera del trabajo, qué aficiones o intereses tienen, cuáles son sus objetivos, cómo están sus familias y sus propósitos más profundos, festejar las bromas y distenderse, más allá del cumplimiento de la tarea y los resultados. Al conocer a la gente desde esta perspectiva estarás generando conexión y mayor sentido pertenencia entre los miembros del equipo, y entonces se abrirá la puerta para que tú también expreses aspectos más personales.



3. Encuentra en la mentoría alguien en el que puedas confiar

Generalmente cuando aparece la soledad, puede que sientas que eres el único que está pasando por esto, y que no hay nadie que te entienda. Pues no es así. Es natural lo que vives, y hay muchas personas que, en tu mismo ámbito profesional o en otras industrias, pasan por lo mismo.


Por eso, apoyarte en una mentoría con una persona en la que confíes puede ser una de las mejores maneras de superar la angustia y los momentos de desasosiego. Busca a alguien a quien admires y que tenga experiencia en tu campo, o algo parecido, y pídele que sea tu mentor o mentora. Aprovecha esta relación para ser abierto y honesto sobre tus sentimientos, y escucha con apertura sus consejos y orientación.


4. Crea una red de apoyo

Hay un aspecto muy sensible para tener en cuenta cuando sientes la soledad de líder, y es cómo arrastras ese pesar a tu vida personal. Por mi trabajo como coach de altos ejecutivos en distintos países, escucho sus relatos acerca de cómo les ha costado conectar con su pareja, hijos y amigos cuando están transitando momentos de intensa soledad laboral. Lo mejor en estos casos es compartir honestamente lo que quieras con ellos, para crear un marco de contención y apoyo basado en el amor y en el afecto genuino. Te sugiero también que busques grupos de apoyo, que, en general, están conformados por personas parecidas a ti, o ex colegas profesionales. Allí, en un marco de confidencialidad y respeto, podrás expresar tus sentimientos, y, a la vez, enriquecerte de la experiencia de distintas miradas sobre asuntos parecidos.


5. Establece objetivos e hitos

Si ser líderes es un trabajo de tiempo completo y lleno de presión, necesitas despertar dentro de ti los puentes que te lleven a un propósito más elevado que le dé sentido a lo que estás viviendo, y que pueda darte la certeza de que, como en la fábula, “Esto también pasará.” Más allá de que se espere de ti que obtengas grandes resultados, que des ejemplo a los demás y que seas un modelo para los miembros de tu equipo, una salida que he visto que ejecutaron con éxito muchos clientes ha sido la de ponerse un objetivo retador que, a su vez, esté alineado con un propósito personal mayor. Recuerdo cómo un líder aprendió a gestionar la soledad directiva al apoyar a una escuela rural y hacer expediciones junto con parte de su equipo para colaborar de forma concreta y permanente.


Otra líder excepcional utilizó una situación de salud de una colaboradora cercana para encauzar un programa de bienestar y concientización dentro de la empresa, con el que ya han brindado ayuda a más de 700 miembros y sus familias, y lo están extendiendo a cada comunidad donde operan. Un tercer ejemplo: el CEO de una compañía multinacional decidió impartir él mismo

las inducciones a los estudiantes en pasantía una vez al mes e invitarlos a un almuerzo en la planta industrial. Así pudo trascender lo que le afligía y, con la energía de ese puñado de jóvenes, recargar las pilas necesarias para seguir adelante.


Esto significa que, en momentos de soledad, a veces basta con tener la capacidad de levantar la cabeza y mirar alrededor, conectarse con algo más profundo y transformador, y así, trascender la sensación de soledad que te acuciaba. Más allá de que quieras implementar estos pasos, ten en cuenta: Nunca estás en completa soledad. Anímate a expresarte, comunicarte más asertivamente, encuentra el espacio para conversar profundo con tu equipo de más confianza. Trabaja en ti no sólo en las competencias profesionales, sino especialmente en las blandas, y verás cómo encauzarás aquel estilo de “lobo solitario” hacia uno donde la manada sea parte de tu vida diaria como líder.


* Daniel Colombo es facilitador y Máster Coach Ejecutivo especializado en alta gerencia, profesionales y equipos.


Publicado en mdzol.

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