Las iniciativas empresariales dirigidas por tiranos no solo son antipáticas sino además fugaces y transitorias.
Hacer un negocio o hacer empresa es para muchos una intención que está en el corazón y en el alma. Es tener una chispa emprendedora que motiva a explorar constantemente oportunidades con miras a convertir ese deseo en una realidad. Independizarse teniendo un negocio propio o creando un emprendimiento es la meta de muchos, pero enfrentarse al reto no es para todos. Y eso no está mal, hay personas que, si bien tienen la ilusión de hacer su propio negocio, saben que sus competencias profesionales se desarrollan mejor trabajando para una empresa y que tienen mayor impacto en la sociedad trabajando para otros en vez de trabajar para ellos mismos.
Crear, inventar, desarrollar, impulsar, innovar, generar, explorar e idear son verbos que caracterizan a las mentes que mueven el mundo, bien sea mediante pequeñas acciones desde sus puestos de trabajo, liderando un gran proyecto dentro de una empresa o desplegando ambiciosas ideas creando una nueva iniciativa empresarial.
Ser gerente de una empresa en marcha, emprendedor de una nueva o intraemprendedor en una existente no solo requiere tener ese sello personal para crear e innovar, sino que también exige una combinación de destrezas duras y blandas para formar, desarrollar y liderar un equipo de trabajo.
Formar, desarrollar y liderar son tres verbos que parecen simples al conjugarse pero que requieren de entrenamiento, experiencia y alta inteligencia emocional para que se vuelvan realidad. En mi vida profesional he conocido varios emprendedores que son pésimos líderes, no saben trabajar en equipo, se les dificulta delegar y tienen una forma de ser y de tratar a su equipo de trabajo que destruye cualquier cultura organizacional.
"Este tipo de personas están condenadas al fracaso en cualquier rol que ejecuten, bien sea como gerentes, emprendedores o intraemprendedores".
Formar un equipo de trabajo requiere paciencia y dedicación. No basta con contratar el o la que mejor le caiga en gracia, al más barato o al que mejor se venda en una entrevista. Es un arte que requiere determinación, ayuda y mucha prueba y error. Reclutar a las personas adecuadas para ser parte del negocio, el emprendimiento, el proyecto o la empresa consiste en buscar personas que puedan ser mejores que uno y que brillen con luz propia, que tengan esa chispa en los ojos y las ganas de mejorar día a día. No es fácil, pero con paciencia, algo de suerte, y si se puede, con ayuda de empresas cazatalentos, se puede lograr.
Desarrollar el equipo para sacar adelante el proyecto, el negocio o el emprendimiento significa, primero que todo, dedicarle tiempo con el fin de aprender a entender sus fortalezas y los aspectos donde pueden mejorar y promover esa mejoría. Es determinante y de gran ayuda asignar a cada individuo funciones claras, ojalá pocas, con indicadores que midan su desempeño, teniendo la flexibilidad para analizar sus resultados. Premiando y dando crédito a los éxitos, ojalá en público, y llamando la atención sobre los errores, ojalá en privado.
Sin embargo, nada de lo anterior sirve si no se es buen líder y aquí me detengo para rogarle a los emprendedores, gerentes y funcionarios de cualquier nivel en una organización que, por favor, pongan por encima de cualquier consideración el buen trato, uno respetuoso y cortés a la hora de ejercer su liderazgo.
“…por favor, pongan por encima de cualquier consideración el buen trato, uno respetuoso y cortés a la hora de ejercer su liderazgo”.
Maltratar, ofender, acosar, despreciar, vilipendiar o actuar con arrogancia para lograr que un equipo de trabajo cumpla sus objetivos no es ser un líder, sino un tirano.
Lastimosamente, conozco a varios que se esconden detrás de la máscara de la excesiva amabilidad y zalamería, algunos son fáciles de identificar con rapidez, a otros es más difícil detectarlos, pero tarde o temprano su personalidad de tirano los delatará. Usualmente son malos líderes, construyen una cultura organizacional basada en el miedo y nada positivo dejan en su camino.
Liderar, por lo tanto, es actuar con determinación y firmeza cuando sea necesario, pero sin la dureza propia del tirano. Es ejercitar la inteligencia emocional para motivar, inspirar e impulsar a un equipo de trabajo dejando la arrogancia y la soberbia a un lado. Un líder sabe hacer e inspira con el ejemplo y sabe motivar, así como sabe corregir y sabe despedir a alguien -lo que es todo un arte-.
"Pensar que un emprendedor sin experiencia sabe formar, desarrollar y liderar un equipo es por lo menos ingenuo".
Se requiere entrenamiento, ya sea profesional o experiencial y una buena dosis de habilidades blandas para lograrlo. Sin embargo, estas capacidades se pueden aprender, sobre todo si ese aprendizaje se hace con humildad y genuino deseo de mejorar.
Una fuerte y constructiva cultura organizacional se logra teniendo un líder inspirador y ejemplar. Alguien que sepa formar, desarrollar y liderar. No es fácil. Nunca lo ha sido y nunca lo será. Un emprendimiento, una empresa, un proyecto o un intraemprendimiento no tendrán el éxito asegurado si no tienen un buen producto, buena financiación y organización. Sin embargo, si detrás de estas iniciativas empresariales hay un mal líder, es decir un tirano, su éxito -de tenerlo- será fugaz y perecedero.
Si usted quiere compartirme ideas, sugerencias o comentarios para emprendedores, por favor escríbame, me interesa conocerlas.
Mi e-mail es: columnaluisarango@gmail.com
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